Los inicios del festival se remontan a los años 60, cuando la hermandad, con el objeto de recaudar dinero para sus necesitadas arcas, organizo una suelta de vacas en el antiguo Coso del Arrecife para los aficionados locales. La primera edición tuvo tal aceptación popular, a la vez que se convirtió en un filón para la financiación de la hermandad, que ésta no dudó en organizarla otra vez a la semana siguiente de haber tenido lugar la primera. A partir de la segunda suelta ya se empezó a organizar de manera más ordenada anunciándose la misma mediante carteles en los que se incluían a los participantes. Y así se hizo durante unas cuantas semanas, convirtiéndose en un acontecimiento muy popular y esperado por las gentes de Utrera.
Tras el auge alcanzado por dicho festejo, la hermandad se planteó organizar un evento de talante más serio y de más categoría. Para ello se empezó a comprometer a relevantes figuras del mundo del toro (empresarios, ganaderos, toreros) que junto con el trabajo constante y tenaz de los miembros de esta corporación, que a base de solicitar favores, llegaron a implicar en la causa a toreros de la talla de Curro Romero y Rafael de Paula, los cuales, durante años, llevaron el peso del festejo convirtiéndose, ambos, en el alma mater del mismo, junto con el utrerano Francisco Escobar, Presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla y hermano de la corporación.
El festival llegó a alcanzar mucha relevancia (y nos hemos propuesto que vuelva a recuperar este cariz) para el pueblo de Utrera, así como se hizo un hueco de prestigio en el circuito de festivales taurinos, ocupando un lugar entre los más importantes de Andalucía. Fueron numerosas las figuras del toreo que participaron entre las que se pueden mencionar a Rafael de Paula, Curro Romero (ambos ya citados anteriormente), Juan Gálvez, Diego Puerta, Ángel Teruel, Paco Camino, Pepe Luís Vázquez, Espartaco, Emilio Muñoz, Luís Francisco Esplá, Juan Mora, Juan Pedro Galán, Fernando Cepeda, Luís Parra “Jerezano”, Curro Durán, Ortega Cano, Tomás Campuzano, Manolo Cortés, Julio Aparicio, Morante de la Puebla, Enrique Ponce, Finito de Córdoba, Javier Conde, Curro Díaz, Cayetano Rivera, Luís Vílchez, Daniel Luque, etc… así como un elenco de novilleros (categoría que ostentaban por aquel entonces) Miguel Báez `El Litri´, Lucio Sandín, Joaquín Díaz, Alberto de la Peña, Domingo Valderrama, Miguel Ángel Rondino, etc.
Pues bien, este festival alcanzó su esplendor en los años 80 y principios de los 90, pues en 1994 se celebró en la plaza de toros de Alcalá de Guadaira el último festival de la década de los 90, puesto que la plaza de toros de Utrera tomó un estado ruinoso que impedía el uso del mismo. Este desgraciado evento provocó que el festival no se celebrara más hasta el año 2010, año en el que se inaugura la nueva plaza de toros de Utrera, acontecimiento que aprovechó la Hermandad para recuperar tan apreciado festival.
Entre todos los festivales celebrados, hay que destacar por la expectación que creó en aquel momento, el del mano a mano entre Curro Romero y Rafael de Paula, siendo la única vez que estos dos figuras del toreo participaran en un mano a mano en un festival, pues, como no puede ser de otra manera, ambos lo quisieron así por ser éste `su festival, del cual fueron partes vivas del mismo, tanto como promotores como protagonistas.
No se puede pasar por alto la expectación y el ambiente que crea el mencionado evento en nuestra localidad y sus alrededores, en concreto el día de su celebración en la que se dan cita en Utrera numerosos aficionados a la fiesta, siendo cubierto el acontecimiento por la prensa taurina de nivel nacional
Por otro lado, es imprescindible destacar no solo la participación de toreros en nuestro festival, sino también de numerosos ganaderos, empresarios, banderilleros, picadores, mozos de espada, empleados de la plaza de toros, así como de multitud de voluntarios trabajan de manera totalmente desinteresada (la causa lo merece) para que el festival se lleve a cabo, pues sin la ayuda de todos ellos sería imposible tal evento y mucho menos conseguir el objeto del mismo, que no es otro que asistir a los más desfavorecidos.