Historia de la Hermandad

La Hermandad de los Gitanos de Utrera se originó en 1955. En ese año volvió del Norte de África, tras residir allí algunos años, Diego Torres Vargas y se formó una tertulia en el bar Onuba en las que además de él se reunían José Romero Peña, Antonio Vargas Carrillo, Manuel Arroyo Manzano, Manuel Méndez, José Fernández Matos, José Jiménez Fernández y Andrés Jiménez Ramírez y en ella se habló por primera vez de la creación de una hermandad en el círculo de los gitanos de Utrera. Se habló incluso de la posibilidad de salir del Santuario de Consolación y, como por Manuel Ojeda Vázquez se supo que Francisco Benavides Vélez tenía redactadas reglas para una supuesta hermandad, se la pidieron adaptándolas a las particularidades que este primer germen quiso imprimir a la cofradía.
Al tener noticias Don Antonio Bautista Espinosa, párroco de Santiago, de las inquietudes de estos cofrades se entrevistó con ellos el 30 de abril de 1956, ofreciéndole, para la naciente hermandad la antigua imagen del Cristo de la Vera-Cruz y el usufructo de la capilla de los Mártires, así como piezas de plata en desuso para realizar unas potencias.

Decreto de la erección de la Hermandad

El 28 de septiembre de ese mismo año tuvo lugar la primera Junta General, eligiéndose la Junta de Clavería que estaba formada por:

  • Hermano Mayor: Antonio Vargas Carrillo.
  • Segundo Hermano Mayor: Francisco Benavides Vélez.
  • Secretario: Diego Torres Vargas.
  • Secretario Segundo: Antonio Jiménez León.
  • Mayordomo: Andrés Jiménez Ramírez.
  • Censor: Manuel Ojeda Vázquez.
  • Vocales: Manuel Jiménez Ramírez, José Jiménez Fernández, Manuel Rodríguez Coronilla, Alonso Alarcón y Francisco Rodríguez Berlanga.
Confirmación de la Primera Junta de Gobierno

Igualmente se escogió como lema de la hermandad el propuesto por Francisco Benavides “Siempre hay esperanza de tener una buena muerte” y se nombró Hermano Mayor Honorario a Salvador Guardiola Domínguez, Mayordomo Honorario a Esteban de Torres y González-Camino, Marqués de Casa Ulloa, y Camarera del Cristo a Dolores Guardiola Soto.

En la madrugada del Viernes Santo de 1957 salió la hermandad por primera vez y con un solo paso: el del Cristo de la Buena Muerte, que iba en las andas neogóticas que anteriormente habían utilizado el Yacente del Santo Entierro, el Cristo del Perdón y el Redentor Cautivo. Vestían sus nazarenos túnica blanca de cola con cíngulo verde y antifaz de raso de seda verde. El desfile, que fue realmente impresionante, congregó a un numeroso público, especialmente en la calle Nueva, tradicional calle de los gitanos de Utrera, donde se vivieron momentos muy emocionantes.

Año 1958

Tan bien salió todo que, al Mayordomo, Andrés Jiménez, se le ocurrió para celebrarlo, organizar una comida de hermandad en la Caseta del Tiro al Plato, naciendo así el “Potaje Gitano” y, con él, los festivales flamencos.

Como colofón, se bendijo el 15 de Diciembre de ese mismo año, la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, realizada por el jerezano José Moreno Alonso y que este había donado al anticuario Guillermo Barbosa para tal fin.

En la Semana Santa de 1958 salió por primera vez la imagen de la virgen, aún sin palio, y en octubre de ese mismo año se nombró Hermano Honorario a Juan Guardiola Soto, Conde de Jimera de Libar.

Año 1958, primera salida de Ntra. Sra. de la Esperanza

En 1959 la imagen del Cristo de la Buena Muerte participó en la Gran Misión preparatoria de la Coronación Canónica de la Virgen de Consolación. La imagen presidió uno de los centros misionales, situado en un local de la calle Buenos Aires.

En 1960 juró su cargo de Hermano Mayor Honorario el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Don José María Bueno Monreal, modificándose con este motivo el primitivo escudo para que figurara en él, el capelo cardenalicio.

Visita del Cardenal Bueno Monreal


Del mismo modo en 1963 y 1964 se recibieron las visitas de doña Cayetana Fitz James Stuart y Silva, Duquesa de Alba, que fue nombrada Camarera Honoraria y la de Don Agustín Muñoz Grandes, vicepresidente del Gobierno, que juró su cargo de Hermano Mayor Honorario.

El año 1967 se le impuso a la hermandad el Mostachón de Plata de la ciudad de Utrera y ese mismo año fue retransmitida su salida por Televisión Española, siendo nombrados al año siguiente Hermanos Honorarios el General Dávila Huguet y su esposa y Salvador de Quinta Rodríguez.

Mostachon de Plata

En 1976 dejó la hermandad de pasar por la calle Nueva en su recorrido, para volver a incluirlo en 1978. En 1979 y debido al cierre por restauración de la Parroquia de Santiago se refugió en Santa María de la Mesa, desde donde salió varios años y en donde tuvieron lugar las celebraciones con motivo de las bodas de Plata fundacionales en 1981.

En 1991 la hermandad otorgó el título de Camareras Honorarias del Cristo a las geniales artistas Fernanda y Bernarda de Utrera y en 1997, la Hermandad incluyó entre sus titulares a Ceferino Giménez Maya, el primer gitano que ha subido a los altares, beatificado por Juan Pablo II, y a la Virgen del Rosario, antigua Patrona de Utrera cuya devoción estaba prácticamente extinguida. Posteriormente, en 2001, se restauró la imagen del Cristo de la Buena Muerte por el profesor Miñarro, devolviéndole a la talla todo su esplendor barroco.

Con motivo de nombrarse Camareras de Honor del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, se hizo el llamador de paso con las figuras de Fernanda y Bernarda de Utrera


En 2006 tuvieron lugar los actos de la conmemoración de las bodas de Oro de la Hermandad, para lo que se organizó un amplio programa de actos, culminado el 30 de septiembre de ese mismo año con una solemne Misa de Pontifical, oficiada por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Don Carlos Amigo Vallejo, al término del cual la virgen salió en procesión por las calles de Utrera, volviendo a aquella calle Nueva, tan simbólica para la Hermandad.

Por fin se logró la adquisición de una casa-hermandad, que fue bendecida el día 6 de diciembre de 2006, por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Don Carlos Amigo Vallejo, muy vinculado con nuestra Hermandad, no en vano el 10 de marzo de 2000 fue nombrado Hermano Mayor Honorario Perpetuo, y que está sita en la calle Cristo de los Afligidos, convirtiéndose en el epicentro de todas las actividades que realiza la hermandad y punto de encuentro donde salen todas las inquietudes de esta Hermandad y su Junta de Gobierno. Otro día señalado para nuestra Hermandad es el 3 de octubre de 2008, día en el que se hizo efectivo el nombramiento de S.M. EL Rey, JUAN CARLOS I, como Hermano Mayor Honorario, tras varios años de infructuosos intentos.

Carta aceptación del Rey como Hermano Mayor Honorario

Muy destacable es la labor que ha ejercido la Hermandad en cuanto a la Caridad, cuya partida del presupuesto anual se ha ido incrementado ostensiblemente, destacando la organización de la TeleRadio Maratón con motivo de las dramáticas inundaciones que tuvieron lugar en Utrera en noviembre de 2007 y que dejaron sin hogar a cientos de vecinos, de la que se obtuvo una cantidad importante de dinero que fue íntegramente para los damnificados, poniendo de manifiesto que la Hermandad está comprometida con su pueblo y sus causas. Y otro apartado a destacar es la puesta en marcha de la colonia de verano “Beato Ceferino” dirigido a niños pertenecientes a familias desfavorecidas, posibilitando unas vacaciones en entornos ideales y favoreciendo tanto las actividades físicas como sociales, religiosas y transmisión de valores.

En el ámbito cultural la Hermandad ha sido organizadora de diversos actos de todo tipo, como conciertos de música de Semana Santa, ediciones de discos y DVD donde se muestran las entrañas de la Hermandad, o como la organización del espectáculo que la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera, ofreció en los días previos de la Feria de Utrera del año 2007. Así mismo se han patrocinado libros de temática gitana o histórica de nuestra Hermandad y del Potaje.

POTAJE GITANO
No podía faltar un elemento importantísimo, que imprime un sello diferencial con otras hermandades, la Hermandad es la organizadora del Primer Festival Flamenco de España, el Potaje Gitano de Utrera, siendo este un elemento fundamental para la Bolsa de Caridad de nuestra Hermandad, que tan buenos resultados sigue dando gracias a la inestimable colaboración de artistas, autoridades, empresas colaboradoras y del pueblo de Utrera. PÁGINA WEB DEL POTAJE GITANO DE UTRERA

La Hermandad de Los Gitanos de Utrera cumple 68 años, llenos de ilusión y trabajo, te abre sus puertas para que formes parte de una familia unida por la fe y las tradiciones. Te invitamos a participar en nuestros cultos, actividades y obras sociales, y a vivir con nosotros la Semana Santa de Utrera.

ESCUDOS CORPORATIVOS
Nuestra Hermandad ha tenido tres escudos corporativos hasta nuestros días.

El de 1956. Es el escudo primitivo de la Corporación. Un ancla, símbolo de la Esperanza rematado por una Cruz símbolo de la Muerte de Cristo, rodeada de una corona de laurel, rematado por una corona de Espina

El de 1963: Habiéndose dignado aceptar el cargo de Hermano Mayor Honorario y perpetuo jurado el de 18 de diciembre de 1963, Su Eminencia Reverendísima el Doctor D. José María Bueno Monreal, Cardenal Arzobispo de Sevilla, accediendo a la petición formulada por esta Hermandad, con motivo de su digna vista al Centro Misional de la misma, en las Misiones preparatorias a la coronación canónica de Nuestra Señora de Consolación, el escudo queda conformado por dos ramas de laurel cerradas arriba por una corona de espina rodeando todo, un ancla -símbolo de la Esperanza- rematado en cruz -símbolo de la muerte de Cristo-, el capelo cardenalicio, símbolo de la dignidad cardenalicia de que a, partir de entonces, goza esta Hermandad, y de la que no hace uso en su Título.

El de 2007, habiendo aceptado S M el Rey D. Juan Carlo I, el cargo de Hermano Mayor Honorario y Perpetuo al anterior escudo se le añade la corona Real que remata el escudo y se añade además anudado al ancla, un rosario, en reconocimiento a Nuestra Titular, la Virgen del Rosario y en homenaje al Beato Ceferino, Titular de Nuestra Hermandad y primer gitano elevado a los altares, que murió con un rosario entre las manos.